lunes, 23 de julio de 2012

Una de espías: «Garbo», «Alaric» y «Arabel» (parte I)

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España es un país sin héroes. No es que esta tierra no los haya dado a luz. Pero este pueblo se encarga, una y otra vez, de hacerlos desaparecer para las presentes y futuras generaciones, silenciando su vida y oscureciendo la parte de historia que les pertenece. Es un pueblo desagradecido y en vendetta constante, incluso con los muertos.

                El gran problema del desembarco de Normandía para los Aliados es que los Alemanes lo esperaban. Y se prepararon concienzudamente para recibirles. Entre otras cosas, encargaron de la defensa de Normandía a su mejor general: el mariscal Erwin Rommel. El mariscal hizo su trabajo como siempre: a la perfección, dentro de lo que estaba en su mano. De hecho, el desembarco de los Aliados no podría llevarse a efecto nunca, tal y como estaba concebida la defensa alemana. La única posibilidad de invasión era convertir todo el teatro de operaciones en una mascarada gigantesca, en una maniobra de engaño y distracción como nunca se había hecho antes.

El punto crucial era conseguir que la defensa alemana tuviese por seguro dónde se iba a realizar el desembarco y acumulase la mayor parte de sus efectivos en tal punto, de manera que no tuviesen suficiente capacidad de maniobra para contraatacar la verdadera invasión. Ese era el engaño.

La operación total se denominó Operación «Overlord». Esta estaba constituida por varias operaciones, a su vez. La gran operación de engaño recibió el nombre en clave de Operación «Fortitude», una masiva operación de desinformación contra el Estado Mayor alemán y el propio Hitler. Esta, asu vez, se subdividió en «Fortitude North» («Fortaleza Norte) y «Fortitude South» («Fortaleza Sur»). La primera consistía en hacer pensar a los alemanes que la invasión tendría lugar en Noruega. «Fortitude South» debía hacerles creer que la invasión tendría lugar en Francia, en las playas del Paso de Calais, pero no en las de Normandía, donde realmente se iba a llevar a cabo.

Juan Pujol García es el tercero de cuatro hermanos. Su padre es un industrial de Barcelona y su madre, Mercedes, una andaluza de Motril, Granada. Nacido en Barcelona, en 1912, recibe en su casa una formación católica que se mueve entre la gran religiosidad de su madre y una visión católico-liberal de la vida de su padre. Su infancia es la propia de una familia burguesa catalana de la época: colegios de religiosos con internado fuera de Barcelona, visitas familiares los fines de semana, vacaciones con los padres y hermanos…

A los dieciséis años abandona los estudios tras un altercado en el colegio con uno de sus profesores y comienza su formación laboral como ferretero. A lo largo de esos años, Juan Pujol se muestra una persona activa y de variados intereses. Se hace cargo de varios negocios diferentes y estudia, en la Real Escuela de Avicultura de Arenys de Mar, la primera del país, sobre la crianza y sostenimiento de granjas de aves.

A finales de 1930 o principios de 1931 fallece su padre, al tiempo que Juan finaliza sus estudios  avícolas. La familia quedó en una buena posición económica hasta que la fábrica de tintes de su padre cayó en manos del comité de trabajadores de la misma y fue confiscada. Por su parte, Juan había montado una granja avícola al norte de Barcelona cuando estalló la Guerra Civil.

Unos años antes, en 1931, había hecho su servicio militar obligatorio, del que no guardaba un buen recuerdo. Le tocó en Caballería, y él odiaba montar a caballo. Al mismo tiempo, la vida militar no era para él en ningún caso: «Carezco de las cualidades esenciales de la lealtad, la generosidad y el honor.» Este punto es de importancia para entender sus avatares posteriores.

El inicio de la Guerra supone para la familia Pujol el desastre. A la ya citada toma de la fábrica por parte de los comités proletarios, se suma el miedo y la persecución. En un momento dado, el novio de su hermana Elena es detenido por fuerzas Republicanas y, poco después, tanto la madre de Juan como su hermana Elena son también arrestadas y acusadas de anti-revolucionarias. Se libraron de una muerte segura por la intercesión de un pariente cercano, afiliado a UGT.

(Continúa)

Arga-ko urretxindorra 

1 comentario:

  1. Sospecho que va a ser interesante...No dejes de escribir...

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