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Estatus irónico: NADA - UN POCO - BASTANTE - MOGOLLÓN
Estatus irónico: NADA - UN POCO - BASTANTE - MOGOLLÓN
¡Ay, Señor, Señor! ¡Cómo están las cosas! Es terrible todo
lo que está saliendo. Tanta corrupción, tanto chorizo, tanta porquería…
Pues yo estoy encantado de la vida. En vez de echarme las
manos a la cabeza, cada día me sorprendo con una sonrisa más franca, más
abierta, más alegre y simpática. Se debe, probablemente, a mi poco sentido
común. Pero me da igual que así sea. Ni me escandalizo, ni me apeno, ni me
entristezco, ni me asusto. Al contrario. Me encuentro más optimista, más
contento, más agradable y más amable. Ya no me reboto en el coche; ahora cedo
el paso con un saludo de propina. De repente, me doy cuenta de que estoy
silbando Un rayo de sol, uo, uo, uo. Me
regocijo con poco comedimiento cuando sale “otro más” a la palestra. Estoy siendo testigo directo
de algo que nunca había conocido en la abundancia y en la torrentera en la que
ahora se está produciendo. Y espero, con inocente candor, que siga así mucho
tiempo, todo el necesario hasta que salgan todas las asquerosas raíces de tanta
mala y venenosa yerba como se ha apoderado de nuestra vida española en los
últimos 30 años. ¡Qué grandioso espectáculo!
Y yo, que al parecer tengo un concepto de crisis completamente
aislado, (ver entrada del 15 de mayo de 2012) doy gracias a esta que estamos sufriendo… por lo que a la corrupción
puesta contra la pared se refiere.
¡Ah, la crisis! De qué manera está poniendo las cosas en su
sitio. Qué manera tan eficaz de sacar los vómitos sociales a la luz. Y cuánto
queda por hacer. No tengo por menos que agradecer públicamente el trabajo de la
Policía y de la Guardia Civil. Y espero poder hacer lo mismo con el Fiscal
General del Estado y sus subordinados. Con los jueces de todo pelaje y, sin que
sirva de precedente, con algunos periodistas. Es verdad que, al sacar la mierda
a la superficie, el olor es nauseabundo; cierto es que entre los que la sacan,
más de uno pone su poquito de estiércol en la montaña. Pero, eso son males
menores, de momento… y sea vendeta, traición, chivateo o pasar al cobro los cheques
antiguos, bienvenido sea.
Ahora solo espero que cada palo aguante su vela. Que no nos
salgan jueces ineptos o, peor aún, cobardes o vendidos. Que la policía y la
Guardia Civil no reciba contraórdenes; que los fiscales se dejen de
asociaciones a las que pertenecer y se dediquen a trabajar duro; que los
inspectores de hacienda sigan siendo investigando; que los tribunales de
cuentas se pongan a la tarea de una vez. Y que, cuando quede demostrado y bien
claro, que el que la tenga que pagar lo haga hasta la última peseta y hasta el
último día de cárcel. Sin excpeción.
Por fin, de una puñetera vez, los que han sido más “listos”,
los que han sido más sinvergüenzas, los que se han creído intocables, los que
siempre han actuado impunemente, los engreídos, los avariciosos, los que han
creado redes de corrupción personales u orgánicas, los que, en palabras del
gran Juan Pablo II, han establecido tantas estructuras de pecado, todos ellos,
cuando menos, están temblando. Si en verdad, cada uno paga lo suyo de acuerdo
con la ley y con la justicia, esta terrible crisis, que ha hecho aflorar toda
esta mierda, que ha obligado a ponerse en marcha, no habrá sido un sufrimiento
inútil.
Cada mochuelo a su olivo, sea el que sea y sea quien sea. Y,
a partir de ahora, que cada cual se tiente la ropa antes de hacer una golfada.
Felices sueños.
Argako urretxindorra