martes, 25 de septiembre de 2012

El discurso de Mas para adelantar las elecciones



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Estatus irónico: NADA - UN POCO - BASTANTE - MOGOLLÓN




Un periódico de hoy se ha entretenido en sacar las diez frases más relevantes, a su juicio, del discurso de Arturo Mas. Hoy, como no podía ser de otra forma, ha adelantado las elecciones autonómicas en Cataluña. Y yo me he entretenido en comentarlas.

1. «Habrá elecciones anticipadas como respuesta al excepcional rechazo del Gobierno central a la propuesta de pacto fiscal».

            No es verdad. La convocatoria de elecciones anticipadas por parte del señor Mas se debe a dos razones diferentes de las que ha declarado:
a)      Por un lado, por la situación institucional en la que él mismo se ha metido y ha metido a su partido, ante la falta de respuesta del Gobierno nacional tras la presión a la que creía haberle sometido.
b)      Porque Cataluña está en verdadera bancarrota, con una deuda de 40.000.000.000 de euros y teniendo que pedir dinero prestado o adelantado al Gobierno de la nación para poder hacer frente a los gastos corrientes.

2. «Hay que traducir en acciones concretas el momento extraordinario que estamos viviendo. Hay que decidir»

            El momento extraordinario al que se refiere el señor Mas no es el que pretende hacer ver: no lo es por una explosión independentista que haya que solucionar. El momento extraordinario que vive Cataluña es otro muy distinto. Es su situación económica, probablemente, la peor desde la Guerra Civil. Otra cosa es que el señor Mas, incapaz de resolverla como gobernante, haya tomado su propia decisión: desviar todo lo posible la atención provocando otro supuesto problema extraordinario. El crecimiento que este último asunto ha sufrido no se debe a ninguna otra razón que no sea la intención del señor Mas de desviar el foco de su verdadero problema: su incapacidad como gobernante ante la crisis, extraordinariamente terrible, de Cataluña.

3. «Es necesario que la voz de los 1,5 millones de catalanes que acudieron a la manifestación independentista de la Diada se traslade a las urnas. No hacerlo representaría un cierto fraude».

            Estas dos frases tienen un par de aspectos interesantes. De una parte, el poco efecto que, en sí misma, tuvo la manifestación. La reacción del Gobierno nacional fue, en la práctica, inexistente, lo que dejó a Mas en una situación muy desairada y con la pelota, de nuevo, en su tejado.

                De otra, el intento de presentar las elecciones anticipadas como plebiscitarias respecto de la independencia de Cataluña. No deja de ser, por tanto, otro intento de presionar al Gobierno de la nación y, asimismo, al Partido Socialista, al que ha pillado con el pie cambiado y con poco tiempo para presentar un programa unitario, cuando dentro del PSC hay más de un independentista. De ahí la rápida declaración de Rubalcaba, adelantándose, en lo posible, a cualquier movimiento del PSC. Ahora, dependerá de muchos factores que los resultados en las urnas tengan una lectura u otra. Y, básicamente, tendrá que ver con la actitud que tomen, antes y después, el Gobierno, el Partido Popular y el PSOE. Porque la composición del parlamento catalán no va a variar sustancialmente. De manera que el supuesto plebiscito con que el señor Mas quiere dotar a las elecciones es un absurdo a priori. Lo que hoy es el parlamento va a seguir siéndolo, poco más o menos. Pero si, en efecto, consigue que el Gobierno, el Partido Popular y el PSOE entren en este juego de manos plebiscitario, la lectura final será la que Arturo Mas desea. 

4. «La combinación de la impresionante manifestación y la negativa a negociar el pacto fiscal me obligan a ser coherente con mis ideas y compromisos».

            Nuevamente, Mas deja claro que todo el montaje tenía como razón de ser obligar al Gobierno a concederle el control de la agencia tributaria en Cataluña (no quiero hablar de «pacto fiscal» porque es un eufemismo tramposo). Pero es posible que se le esté yendo de las manos. No cabe duda de que tenía pensado un resultado final distinto, a pocos días de presentarse en La Moncloa. La falta de respuesta de Rajoy a la «algarada», como él mismo la conceptuó la noche anterior a su celebración, y la, sin embargo, tajante respuesta a las pretensiones de Mas, le obligan a convocar elecciones anticipadas, a mi juicio, un probable harakiri para él.

5. «Es el pueblo de Cataluña el auténtico dueño de su destino y a quien corresponde elegir, y de ahí la necesidad de convocar elecciones».

            Aquí está la verdadera presentación: las elecciones son, en su intención, plebiscitarias. No lo son en absoluto. Pero es muy conveniente que esto quede muy claro a todo el mundo. Para mí, el mero hecho de que los grandes partidos nacionales nieguen este hecho le daría a Mas cierta razón. Como con la manifestación, no se debería entrar en este asunto. Pero sí que habría que centrar todo lo posible las elecciones en el asunto capital: la incapacidad de Mas para gobernar, nítida en una situación económica como la presente; la incapacidad de CiU para llegar a acuerdos positivos con el Gobierno de la nación; la inadmisible falta de explicaciones del Gobierno de la Generalidad para aclarar el origen de la terrible deuda de su región; o de por qué la región de Madrid, con idéntica situación fiscal a la de Cataluña —si roban a esta, están robando a aquella igualmente—, tiene una deuda 2,6 veces menor, su producto interior bruto per cápita es el primero de España (28.968,68 euros) frente al cuarto de Cataluña (26.407,80 euros); o la deuda per cápita es la décima del país (2.636,15 euros) mientras que la de Cataluña es la primera de España (5.809,72 euros de deuda por habitante). Insisto, el «robo de España» es el mismo para Madrid que para Cataluña, pero los resultados son diferentes.

                Por otra parte, niego la mayor: el pueblo de Cataluña no existe y, por tanto, no hay tal dueño. En cambio, el pueblo español sí, desde hace muchos siglos y perfectamente definible, nacional e internacionalmente. Así que cuando algo afecta al pueblo español la decisión es de todos, no de unos cuantos.

6. «No son tiempos de comodidades institucionales; son tiempos en los que toca jugársela por encima de la comodidad personal o el interés de partido».

            Desconozco a qué llama Mas «comodidades institucionales» aunque se barrunta que a lo de siempre. Desde luego, lo más incómodo para él es, sin duda, ser el presidente de una Cataluña con una crisis económica como la que tiene. ¿Quitarse de en medio, a estas alturas, es jugársela o incómodo? Permítanme que no lo acepte. De todos modos, viene al caso aquello de que quien siembra vientos, recoge tempestades.

7. «El Gobierno de Zapatero se marchó sin pagar».

            No lo sé, porque Zapatero hizo varios sinpas. Pero no habría estado de más que hubiese explicado qué dejó de pagar y cómo lo hizo. Porque, dicho así, suena a lo de siempre: calumnia, calumnia que algo queda; y al eterno victimismo catalán: si no fuésemos españoles no tendríamos problemas.

8. «Se reclama respeto por una de las naciones más antiguas de Europa, soberanía, plenitud nacional y un Estado propio en el marco de la UE, lo que Madrid ha omitido».

            Creo que ha tenido un pequeño problema semántico, el señor Mas, que, por lo demás, habla muy el español. ¿Quién es «Madrid»? ¿Y que ha «omitido» qué en dónde? Reclamar es gratis. Pero, ¿alguien falta al respeto a alguien? Muy matizable. ¿Se refiere a Cataluña cuando habla de «una de las naciones más antiguas de Europa»? Pero, ¿ha habido alguna vez una nación en Europa llamada Cataluña? No, señor, no la ha habido.

La soberanía que reclama ya la tiene, lo mismo que la plenitud nacional y el Estado propio: como españoles que son y han sido siempre, todo eso lo tienen a raudales. Por cierto, que Mas, en su arraigada costumbre mentirosilla y ocultista, ¿no les cuenta, a quienes quieren oírle, que la entrada de un país en la UE solo es posible por unanimidad de todos los países de la UE? Eso incluye a España. Toda esta verborrea casposa solo tiene sentido en un monólogo de Marx. De Groucho, quiero decir.

9. Los recortes presupuestarios seguirán tras las elecciones autonómicas del 25 de noviembre. «Prometer a la población que se acabarán es engañar».

            Por supuesto que seguirán los recortes; incluso crecerán un poco para pagar este adelanto de elecciones que él ha decidido. No creo que explique cuál será el monto total de la francachela, y eso también es engañar. 

10. «Los recortes no son de derechas, ni de izquierdas, ni de centro, son directrices tomadas entre todos los que mandan en la Unión Europea. Hollande ha hecho el mayor recorte de la historia en Francia, y Francia no es un estado cualquiera de la UE».

            Bien: esto es todo lo que se le ocurre al respecto de la crisis al señor Mas. Como se aprecia, un argumentario propio de un enorme estadista. El señor Mas no da para más (perdonen el chistecillo tan malo).

Argako urretxindorra

martes, 11 de septiembre de 2012

Diada 2012. Ya será menos…



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Estatus irónico: NADA - UN POCO - BASTANTE - MOGOLLÓN



No tengo ni idea de cuál es la verdadera temperatura emotivo-independentista en Cataluña. Y no es que no me interese. Es que no me fío de los termómetros que me ofrecen.

Según estos la cosa está que arde: Cataluña quiere la independencia. No sé… Es posible que así sea. En realidad, me imagino que son los habitantes de Cataluña a los que se refieren, porque Cataluña no ha dicho ni mú, ni lo dirá nunca.

Pero repito que no me termino de fiar de que esto sea así. Lo mismo se decía del nuevo estatuto, el que aprobó el pueblo catalán mayoritariamente en 2006. Total, que el apoyo real que obtuvo el pobre, después de tanta historia, fue de 1.911.566 residentes en Cataluña con derecho a voto. O sea, que la inmensa mayoría del pueblo catalán votante, casi 3.400.000, pasan de su flamante estatuto nuevo.

Ese pasotismo cada uno lo puede interpretar como quiera, salvo de una manera: el estatuto no lo aprobó el pueblo catalán, como repiten y repiten, sino un cachito pequeñito. Y digo yo: a ver si con la gaita esta de la Diada y del independentismo a lo bestia y de las superencuestas,  va a suceder lo mismo.

Sí creo que este año, el festival folclórico barretinero es un poco más agresivo, más contundente, más descarado. Y aquí caben multitud de explicaciones y opiniones. Para mí que no es más que resultado de la mezcla de cabreo gordo y de sentimiento de humillación autoinfligido que tienen varios catalanes, nada más. Muy aireado, muy publicado, muy inflado, pero nada más.

Como ya he escrito en más de una ocasión, lo del independentismo es una chorrada monumental, se mire por donde se mire. No es razonable. Es algo meramente sentimental, cosa de emociones y pasiones, manejadas por unos cuantos listos que sacan tajada personal del maremágnum. Y como asunto de emociones que es, se basa en sentimientos de superioridad, poco realistas a mi modo de ver, y en mentiras muy gordotas repetidas a machamartillo.

¿Cabreados? Cabreados estamos todos. Y el abanico de culpables es amplio aunque bastante coincidente. Lo que pasa es que, para los independentistas catalanes, siempre hay un culpable más en su lista que en la de los demás: España. Y, naturalmente, siempre ocupa el primer puesto de la nómina. Pero no porque sea verdad, sino porque es rentable para sus dia­rreíllas mentales.

Algo me dice que, sin embargo, lo peor para Mas y sus concordantes barretineros es la humillación. Su verdadero cabreo proviene de ahí. Les resulta insoportable que sus chupi súper mega Països Catalans estén como están en este momento. Humillante humillación donde las haya. Tener que llegar a pedir un rescatillo de 5.000 millones a “Madrid” para pagar los gastos corrientes es lo último a lo que un veterano y acendrado independentista catalán hubiera pensado, jamás, que se iba a enfrentar. Por supuesto, la culpa no es de sus sucesivos y dilectos gobiernos: es de España, que los explota y los aprisiona con la bota de acero claveteada. Con más o menos alharacas, lo de siempre.

Hoy es un día clave, según dicen, para la independencia de Cataluña. A mí me suena, otra vez, a eso del «partido del siglo». Cada temporada tienes tres o cuatro partidos del siglo. Según cuentan, los organizadores de la marcha o manifa o lo que sea que van a montar hoy, han advertido muy seriamente que es por la independencia, sin más gaitas. Que nadie se llame a engaño.

Así que yo, mañana o uno de estos días, cuando tenga un rato, veré si algo tan clave como dicen se ha cumplido: como no asistan, por lo menos, 3.782.803 catalanes no voy a hacer ni caso a los termómetros nunca más. Tanto guirigay, coño.



Argako urretxindorra