viernes, 19 de octubre de 2012

El «expolio fiscal» a Cataluña



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Estatus irónico: NADA - UN POCO - BASTANTE - MOGOLLÓN



Dejando al margen cualquier otra cuestión, de suma importancia, como la justicia social o la redistribución de la riqueza, resulta que no todo es verdad, ni todo lo que se dice es verdad. Ni todo el que dice es veraz.


El asunto del «expolio» de España a Cataluña, tal como lo presentan los independentistas catalanes, es más de lo mismo. Pesadísimo y falso como solo estas cosas independentistas pueden serlo. Pero, como siempre, a base de repetirlo  y repetirlo termina por surtir efecto: hay mucha gente que se lo cree a pies juntilla. Y otros muchos a los que les crea dudas.

Los políticos independentistas catalanes, empezando por Arturo Mas, siguiendo por José Antonio Durán Lérida y terminando por Andrés Mas-Colell, no descansan en este aspecto. Por supuesto, piden transparencia en las cuentas del Estado, luz y taquígrafos, que los ciudadanos sepamos, con números, cómo el Gobierno español «expolia» a Cataluña. Y no tienen empacho, tampoco, en hacer declaraciones públicas denostando a otras regiones españolas y tildándolas de vagos y aprovechados: aquello de que los catalanes trabajan para que los andaluces se gasten el dinero en los bares. Si bien parte de este discurso levanta las iras de muchos en el resto de España, en Cataluña vende muy bien que, en el fondo, es de lo que se trata. De otra parte, deja la puerta abierta constantemente a que los propios gobiernos de la Generalidad, en su desastrosa gestión económica, jamás sean responsables: el problema es el «expolio» que España lleva a cabo en Cataluña. Y fin de la cuestión.

Resulta que ha caído en mis manos un documento publicado este mes por La Voz de Barcelona. En este se cuenta cómo los anteriormente mencionados mienten de manera escandalosa, cosa nada sorprendente. Creo que en las cuestiones públicas, y más si se trata de las cuentas de todos, ocultar algo, mostrando solo lo que interesa, es la forma más abyecta de mentir. Pues bien; el consejero de economía de la Generalidad presentó, la pasada primavera, las balanzas fiscales de todas las autonomías en relación con el Estado.

Mi primera pega está en que no sé quién es este buen señor para hacerlo, dado que no es en absoluto su competencia y, sobre todo, que no sé de dónde ha obtenido los datos. Por tanto, poco fiable me parece.
La segunda objeción es que su intención declarada era la de mostrar eso que llaman el «expolio» de Cataluña. Poner números encima de la mesa con la hipótesis ya aprobada como un hecho es una trampa grosera.

Uno de los problemas para el cálculo de esta materia es que hay varias fórmulas diferentes. Al menos, cuatro. Y que los resultados que se obtienen aplicando una u otra son divergentes. Según la presentación que hizo Mas-Colell, y que repitieron y editorializaron hasta el hartazgo la mayor parte de los medios catalanes, el famoso expolio es evidente. Ya he dicho con antelación mis muchas reservas al respecto.

Los dos métodos más habituales de cálculo son el de carga-beneficio y el de flujo monetario. A estos, el señor Mas-Colell decidió añadir otros dos: los métodos neutralizados, es decir, aquellos que se cocinan una vez obtenidos los resultados de los primeros. La cosa queda como sigue:

-          Método carga-beneficio neutralizado (cocinado): 16.409 millones de déficit.
-          Método flujo monetario neutralizado (cocinado): 11.261 millones de déficit.
-          Método carga-beneficio sin neutralizar: 791 millones de déficit.
-          Método flujo monetario sin neutraliza: ¡4.015 millones de superávit!

Curioso esto de los cálculos. Por cierto, una pregunta tonta: ¿saben qué datos presentó el señor Mas-Colell? Sí, han acertado: el primero y el segundo. De los otros dos, ni pío. ¿No da un poco mucho de vergüenza? Si mienten en esto, ¿en qué dicen la verdad?

El tercero se publicó más adelante por la propia Generalidad en un tocho de documentación sobre la economía catalana, en un apartado de no muy fácil acceso. ¿Y el cuarto? El cuarto se ha conocido en La Voz de Barcelona a través de otro documento publicado, por error, por un órgano asesor de la Generalidad. Todo muy transparente y muy limpio, tal y como los políticos catalanes exigen al Gobierno nacional. “Consejos vendo; para mí, no tengo.”

A todo esto, añadamos otro tipo de problemas que tienen estos datos de difícil solución. Por ejemplo: los territorios no pagan impuestos; somos los ciudadanos. En este sentido, los mismos paga un catalán que gana 120.000 euros que un murciano que gana 120.000 euros. Por ejemplo: ¿dónde se imputan los gastos y los ingresos? Cuando una señora segoviana compra un producto catalán ¿cómo se cuenta ese IVA? Por ejemplo: ¿Cómo se reparte la inversión del AVE Madrid-Barcelona? Por ejemplo: ¿qué sucede con las inversiones per cápita? La construcción de un kilómetro de carretera tiene el mismo coste medio. Diez kilómetros construidos en Madrid o en Barcelona, donde esa carretera la van a utilizar 600.000 conductores, tiene el mismo coste que diez kilómetros construidos en Teruel, donde los usuarios van a ser 10.000. Ahora bien: la inversión por habitante en Madrid o Cataluña habrá sido mucho menor que en Teruel, aunque el coste, el dinero gastado, haya sido exactamente el mismo.

Entre las mentiras y las propias dificultades de los cálculos, ¿cuál es la verdad sobre el «expolio fiscal» a Cataluña? Y todo esto dejando a un lado, como decía al principio, asuntos capitales como la solidaridad, la justicia distributiva o el reparto de la riqueza.


Argako urretxindorra

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