martes, 22 de octubre de 2013

¿Funciona la estrategia de García Margallo con Gibraltar?

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Estatus irónico: NADA - UN POCO - BASTANTE - MOGOLLÓN


Pues vaya usted a saber. En una entrada anterior sobre el asunto, decía que
El Ministerio de Exteriores, dirigido por García Margallo, tiene como colaboradores necesarios y conscpicuos al Ministerio del Interior y, especialmente, a los Ministerios de Hacienda y Administraciones Públicas y al Ministerio de Economía y Competitividad. Y actuando sotto voce, a unos cuantos departamentos especiales y agencias del estado, como se les ha dado por llamar ahora americanizadamente.

Este actual Gobierno español tiene dos modos de actuar conjuntos: el que enseña y el que no enseña. No sé cuál de ellos. Y le da buenos resultados. Por llamarlo de otro modo, tiene movimientos abiertos y públicos y otros, probablemente más, secretos y, de momento, sin "leaks", sin que se note, secretos bien guardados. Lo que se dio en llamar en los 80, las alcantarillas del estado.

Por ejemplo, se ve claramente en el asunto del catalanismo independentista. A algunos de sus prebostes se les están complicando las cosas en los personal, y eso estresa mucho y desgasta para otras cuestiones. Saber que Damocles te ha colocado su espada desasosiega mucho. ¿Es eso moral? Pues depende de los medios y fines de que se trate. En todo caso, como están bien custodiados de momento, ¿para qué dudar?

En aquella entrada del 14 de septiembre apuntaba en esta dirección cuando hablaba de la estrategia diseñada por García Margallo, siempre con ayuda de otros y aprobada por Rajoy. Los efectos más claros, de momento, es que el señor Picardo se puso nervioso y volvió a sus tonterías surrealistas y cómicas que, de todos modos, permiten ver la calaña del personaje.

Gibraltar tiene la importancia que tiene; ni más ni menos. Geo-estratégicamente, es un enclave british en la puntita del Mediterráneo, que supone una magnifíca sala de operaciones y de control del Estrecho, mayor desde que en 1869 en se abrió a la navegación el controvertido, entonces y durante 100 años más, Canal de Suez. De hecho, durante la Guerra de Sucesión española, e inmediatamente después de que la flota Anglo-Holandesa asaltara y tomara Gibraltar, una parte de la misma se dirigió contra Ceuta, a fin de conquistarla. Tuvieron conversaciones con las tribus bereberes de la zona y realizaron un ataque y asedio conjunto, por mar y por tierra que, a la postre, resultó un fracaso por valentía y la brutal defensa de los ciudadanos y tropas españolas acantonadas en Ceuta. La misión era poder controlar los dos lados del paso del Estrecho. Aunque las cosas han cambiado desde entonces, indudablemente, la posición sigue siendo importante para los british.

Pero, por lo demás, Gibraltar es eso: un peñasco. A la altura de 2001, España y Gran Bretaña estuvieron a punto de firmar un acuerdo preliminar que incluía la co-soberanía de ambos países en el peñón. La cosa se fue al traste por la indignación del gobierno llanito de Peter Caruana y de sus habitantes. De esta situación pasamos, ya con el Gobierno socialista de Zapatero, al triste Foro Tripartito de Diálogo sobre Gibraltar, en la que los dos países se sentaron con Gibraltar como si de un tercero en igualdad de condiciones se tratara. Las consecuencias de este Foro fueron cero zapatero, en términos de a cuerdo, y una mayor agresividad por parte del gobierno gibraltareño en sus inconfesables fechorías. Demos gracias a Dios por enviarnos al señor Moratinos. Y démosle más gracias por habérselo llevado, al menos por un tiempo.

Ante esta situación, el objetivo del actual Gobierno, a corto y medio plazo, es que Gibraltar resulte un grano en el culo para Gran Bretaña. Lo cierto es que Gibraltar no produce nada, salvo dinero. No tiene, no le caben literalmente, medios de producción. ¿Y de qué viven, pues, los 30.000 gibraltareños? Pues de su dinero, que lo ganan ,¿eh?, y algunos a espuertas. Que hay gato encerrado, eso se sabe desde el siglo XVIII. Que ahora mismo, después de la chapuza de Moratinos, la vía de reclamación territorial no tiene sentido, es obvio y sería estúpido. Es cuestión de cambiar la estrategia y tener paciencia, mucha paciencia, y no dejarse llevar de arrebatos, ni siquiera de los "buenistas".

El camino va, según parece, por adentrarse, con algunas luces y unos pocos taquígrafos -no muchos-, en el proceloso mundo del dinero gibraltareño. Que no es solo gibraltarreño; tamibén hay mucho inglés y mucho español, de ahí la poca luz y los pocos taquígrafos. Los necesarios, nada más.

El celo con que el Ministerio del Interior español decidió ponerse manos a la obra en el paso de la verja, levantó polvaredas de protesta, localmente e internacionalmente, con Picardo corriendo rabiosamente lloroso a su madrastra, Gran Bretaña, a quejarse y a que diese una zurra a los españoles que le estaban haciendo "bullying". Y Mister Hague y el propio Cameron, no tuvieron más remedio que ponerse a ello con el ministro Moratinos y el mismísimo Rajoy. Lo que consiguieron fue... nada. Y mientras, las colas al amparo Schengen y al desamparo del impenitente sol gaditano, continuaron. Así que España se vio en magníficas condiciones para solicitar que una comisión de la Unión Europea se acercara al punto en conflicto, sin que ni Gran Bretaña ni los llanitos pudieran hacer nada por evitarlo.

Los enviados comisionistas estuvieron allá, tomaron notas y fotos, se entrevistaron con unos cuantos y se volvieron para Bruselas. Mientras, la parte no visible de las acciones del Gobierno español, seguían trabajando en varios frentes. Uno de ellos, la propia comisión. Y es que la CE, la Comisión Europea, ahora con mayúsculas, va a abrir una investigación en profundidad, que ya se ha comunicado oficialmente a las partes, sobre la posible ilegalidad del nuevo impuesto de sociedades gibraltareño (el rabo del gato encerrado del que hablaba antes). Y es que llueve sobre mojado, porque en 2004 ya tumbó el anterior régimen tributario de sociedades.

Pero es que la noticia ahora mismo es que se acaban de declarar dos investigaciones más por parte del Departamento de la Competencia, de la Comisión Europea, que tienen, a mi modo de ver, más importancia: se refieren al principio de territorialidad en relación con los impuestos que pagan las empresas gibraltareñas. Y aquí ya están tocando uno de los principios vitales para las autoridades del Pedrusco, la territorialidad, que cuidan como la niña de sus ojos.

Por cierto, que la comisión desplazada a la verja para estudiar si la policía española se ajustaba en sus registros a la normativa Schengen aun no ha dado fecha para publicar sus conclusiones. En todo caso, la información y la comprobación in situ de la montaña que supoonen más de 700.000 cajetillas de tabaco confiscadas durante los controles veraniegos, no juegan mucho a favor del señor Picardo.

Es interesante ver cómo las cosas funcionan y saber que no te enteras de casi nada porque, a pesar de todo, el juego bajo tapete es mucho más voluminoso y agresivo. La Hacienda española, por su parte ha abierto investigaciones sobre las posesiones de habitantes de Gibraltar en España, incluidas algunas del  Ministro Principal de la colonia, Mister Fabian Picardo.

La paciencia y un trabajo bien coordinado, por todos los lados que se consideren, suelen dar resultados a la larga. Y dije en la anterior entrada que ni García Margallo ni sus colaboradores más cercanos son huesos fáciles de roer.

Argako urretxindorra

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