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Estatus irónico: NADA - UN POCO - BASTANTE - MOGOLLÓN
A nuestro querido y amado pueblo:
Tras la convocatoria de jornada de huelga general en este país, y para que quede clara a toda
la ciudadanía, una vez más, cuál ha de ser su comportamiento durante la misma,
los Padres Sindicalistas, abajo firmantes, y los acólitos de nuestras respectivas
congregaciones, hacemos públicos los siguientes mandamientos, para que nadie se
lamente después si le damos un buen coscorrón por no cumplir alguno de ellos:
1.
Queda suspendido el código civil, el penal, el
de comercio, el de la circulación y cualquier otro que pueda haber.
2.
Todo lo referido en el primer mandamiento queda
supeditado al presente edicto que nosotros, los Padres Sindicalistas de este
pueblo indefenso, hemos mandado decretar (¿decretar? ¿excretar?); bueno, como
se diga.
3.
En todo caso, y ante las posibles dudas que
pudieran producirse, se estará siempre a lo que ordenen nuestros queridos
piquetes informativos, que ya saben ellos aclarar las cosas rapidito, ya.
4.
Las órdenes de nuestros amados piquetes
informativos se acatarán por toda la población de manera inmediata, sin quejas,
sin rechistar y con una sonrisa que muestre el agradecimiento debido a la labor
que ellos, tan aplicada y fanáticamente, llevan a cabo por el bien del pueblo.
5.
Queda suspendido el derecho al trabajo, sea digno o mediopensionista. Si a algún payaso
fascista y esquirol se le pilla en rebeldía, se le aplicará la justicia del
pueblo de forma inmediata y contundente por parte de los piquetes informativos
de guardia, que para eso están.
6.
Queda suspendido el derecho de libre circulación. Nuestros ubérrimos piquetes
establecerán controles aleatorios en las calles y vías que consideren
oportunas, deteniendo a vehículos y transeúntes durante el tiempo que crean
oportuno.
7.
En consecuencia, y para que no haya dudas, queda
prohibido tocar el pito a los señores piquetes o bajar la ventanilla para
dirigirse a ellos en las situaciones mencionadas en el mandamiento anterior, so
pena de llevarse una buena ensalada de tortas, por bobo y tocapelotas, además
de facha y esquirol.
8.
Queda suspendido el derecho de reunión. Como a algún@ ciudadan@ se le ocurra juntarse
con otr@s a tomarse un café en una terraza, a comer en un bar o a tomarse un
carajillo en el pub, lo mínimo que se va a llevar es dos collejas bien dadas por
parte de nuestros ínclitos piquetes informativos que, de este modo, le
comunicarán, sin lugar a duda posible, el pecado cometido y lo facha y esquirol
que es.
9.
Del octavo mandamiento quedan exonerados los
piquetes de patrulla, así como los dirigentes sindicales y sus acólitos. Todos
ellos podrán reservar locales, bares u otros establecimientos que consideren
oportunos, incluidas las propias sedes sindicales, para tomar uno o más
refrigerios y hacer comidas de hermandad entre ellos. También podrán hacer
merendolas y cenas, sin límite en el número de platos. Todo ello podrá ser
abonado, cuando se considere conveniente, con las cuotas de los afiliados o
tirando de los impuestos de los contribuyentes. Se aconseja esto último.
10.
Durante toda la jornada, los sacrosantos
piquetes informativos estarán en su derecho de tirar los contenedores de la
basura y sus contenidos por la vía pública, sin importar su número ni lo guarro
que quede el lugar. Las molestias que tales acciones pudieran suponer para
vecinos y viandantes no se considerarán tales molestias, por lo que nadie podrá
hacer ningún tipo de observación al respecto, bajo pena de llevarse una buena sartenada
de insultos o lo que haya menester en cada caso. En aplicación del quinto
mandamiento, nadie podrá recoger los contenidos desperdigados ni recolocar los
contenedores. Las cosas se dejan como están y punto.
11.
Queda suspendido el derecho a la educación en cualquiera de sus niveles y
especialidades. Si algún padre pretende llevar a sus hijos al cole, que se lo
piense dos veces y se quede en casa, no vaya a ser que, en cumplimiento de lo
establecido, nuestros amabilísimos piquetes informativos le tengan que abollar
el coche, romperle un par de lunas y, a lo mejor la cara, delante de los niños,
por provocador, a la par que facha y esquirol.
12.
Queda suspendido el derecho del pueblo al uso del transporte público. Se establecerán
unos servicios mínimos que luego no se cumplirán. A este respecto, los
civilizados piquetes informativos tomarán las medidas oportunas para que los
usuarios no tengan la más mínima posibilidad de trasladarse a ningún sitio en
servicios públicos, incluidos los insultos, las amenazas, la rotura de lunas,
el pinchazo de ruedas y unas cuantas bofetadas en los casos recalcitrantes de
taxistas, autobuseros, trenistas y metreros. Y los avioneros, ídem del lienzo.
13.
Queda
suspendido el derecho a la alimentación.
Muy simple, querido pueblo: queda prohibida cualquier venta y cualquier compra.
Es más, queda prohibido, siquiera, abrir los comercios. En consecuencia, el que
quiera comer ese día que vaya a la compra antes y el pan que sea Bimbo. O que
ayune, que no será bueno para el cuerpo pero viene bien al alma y a la causa de
los trabajadores, o sea, de los sindicatos y de sus madres, los partidos
políticos.
14.
Queda suspendida la propiedad privada. Al menos, su uso con libertad personal. Por
tanto, si alguien tiene un negocio no podrá abrirlo en ningún caso, sea del
tipo que sea. En este sentido, nuestros bien amados piquetes informativos no
dudarán en emplearse con la contundencia necesaria, o más, para evitar que se
levanten la persianas de la propiedad privada de cara al pueblo. Y sin más
explicaciones, salvo las que lleven a dejar perfectamente claro que el
infractor es un facha y un esquirol.
15.
Queda suspendida la libertad de expresión. Quedan prohibidas las críticas a los
sindicatos y a sus piquetes; y las protestas contra su actividad y sus
acciones, sea cual sea la naturaleza de las mismas. Asimismo quedan prohibidas
las expresiones públicas contra la revolución y la lucha de los sindicatos,
plasmadas en tan gloriosa jornada de huelga. Queda prohibido hacer cálculos
sobre el éxito de la misma o sobre el número de asistentes a las
manifestaciones y concentraciones determinadas por la autoridad sindical. Para
ello, todo el mundo tiene la obligación de creer a pies juntillas los números
que nosotros vayamos poniendo en el conocimiento general. Del mismo modo, todos
tienen la obligación de hacer pública dicha convicción.
16.
Queda suspendido el derecho de manifestación. Solo se permitirán aquellas determinadas
por nosotros, los Padres Sindicalistas. Quedan totalmente prohibidas, por
tanto, cualquier concentración o manifestación que no haya sido aprobada por la
autoridad vigente en esa jornada, es decir, nosotros, los jefes sindicales. Los
piquetes informativos tomarán las medidas necesarias para reprimir, sin ninguna
dilación, cualquiera de estas subversiones del orden establecido durante la
huelga general.
17.
Los piquetes informativos, tan amantes de lo
público, determinarán en cada momento qué mobiliario urbano se habrá de romper,
quemar o destrozar sin que, para ello, haya mediado ninguna circunstancia previa.
Podrán colocar barricadas en la vía
pública, quemar contenedores y neumáticos, romper marquesinas, arrojar
papeleras, colocar vallas o quitarlas, según el gusto; destrozar escaparates,
hacer pintadas en fachadas y monumentos, provocar cortes de luz y de emisiones
radiofónicas y televisivas, pinchar ruedas, abollar coches privados, quemarlos
y, si son oficiales, también, sobre todo de la policía. Ya se encargará el
pueblo de pagar los destrozos.
18.
Y, hablando de la policía. Queda prohibida cualquier
actividad de los cuerpos y fuerzas del estado, sean nacionales, autonómicas o
locales. La presencia, o la mera aparición de los mismos en lugares públicos, se
considerará siempre como una provocación intolerable que, en cualquier caso, se
tildará de brutalidad policial, sea cual sea la actitud por ellos mostrada.
19.
En aplicación del decimosexto mandamiento, los
piquetes informativos tendrán la obligación de mostrar su repulsa con cuanta
contundencia sea necesaria y sin reparar en medios. Con tal fin, se procederá a
utilizar las ensayadas sartas de insultos, haciendo hincapié en algunos de
ellos, de probada eficacia, como hijoputas, cabrones, asesinos y perros del
patrón. Asimismo, y cuanto antes, se llevarán a cabo las acciones necesarias
para presentar ante ellos una violenta resistencia pasiva o, lo que es lo
mismo, liarse a empujones, puñetazos, pancartazos, pedradas, botellazos,
lanzamiento de bengalas, petardos y cohetes.
20. A continuación, amado pueblo, os dejamos algunos ejemplos audiovisuales para que os sirvan de ejemplo:
Recomendaciones para nuestro amado pueblo a quien,
paternalmente, nos dirigimos.
Dado que vosotros, nuestro querido pueblo del que vivimos
opíparamente, sois buenos por naturaleza pero, también por naturaleza, sois
escasos de entendimiento e incapaces de conduciros a vosotros mismos por la
senda del bien, nosotros, los Padres Sindicalistas, queremos daros unos
consejos para que no erréis.
Ese día es mejor que os quedéis en casa. Comprendedlo: la
calle, para el que la trabaja. Ya nos encargaremos nosotros de tomarla y hacer
lo que nos dé la gana, porque nosotros sí sabemos qué es bueno y qué es malo
para vosotros.
Sin embargo, debéis acudir sin excusa a las concentraciones
y manifestaciones que hayamos organizado para vosotros. Es por vuestro bien, no
por el nuestro. Nos sacrificamos por vosotros, tontitos. Cuánto más a gusto estaríamos
en nuestras cositas.
Daos cuenta, mis buenos bobalicones, de que sin nosotros no
habríais conseguido nada de lo que tenéis. Ha sido gracias a nuestra lucha, a
nuestro sacrificio, que ahora vivís como príncipes. Nosotros no queremos nada;
todo para vosotros, pueblo desagradecido. Nosotros vivimos en cualquier casucha,
no viajamos, no nos vamos de vacaciones ni hacemos cruceros. Nosotros no
tenemos propiedades de ningún tipo.
Nosotros, los sindicalistas, somos el colectivo
más azotado por el paro: el país está lleno de liberados en el paro.
Jamás participamos en un consejo de administración de
ninguna caja que haya tenido que ser rescatada, ni ninguno de nosotros ha
cobrado más de 180.000 euros por pertenecer al consejo de administración de ninguna
banca.
Nosotros nunca echamos a nuestros trabajadores de nuestras
oficinas y despachos; jamás practicamos un ERE ni, mucho menos, nos acogemos a
las nuevas leyes sobre despido que tanto criticamos. Preguntádselo a nuestros
oficinistas, administrativos, chóferes y bedeles.
Nosotros vivimos de nuestro trabajo, sin cobraros un duro de
vuestros impuestos. Nos ocupamos de vosotros por vocación, por nuestro amor a
la justicia social, a la igualdad, a vosotros, pueblo. Porque nos damos cuenta
de que sin nosotros seríais unos pobres desgraciados.
En fin, pueblo: sed felices, que nosotros nos ocupamos de
todo. Solo tenéis que sernos dóciles y obedecernos en cuanto os mandamos, que
para eso nos habéis elegido, o algo así.
Impresionante, con el modo ironía ON, espectacular.
ResponderEliminarCon respecto a los sindicalistas, un chascarrillo: ¿Cuál es el ídolo de masas de los sindicatos? El sindicalista que coge la baja por enfermedad el día de la huelga general (esta es fina).