domingo, 26 de agosto de 2012

Marinaleda, el paraíso comunista: cómo construirse un feudo propio. (Parte VIII).

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Un documento del IES "José Saramago" de Marinaleda: ¿y la Cultura?


IES "José Saramago" de Marinaleda
La parte más triste de todo esto es la cultura de verdad, la que no es circo. Es, sin duda, la entrada de esta serie que más me ha costado escribir. Y, para mí, la más importante. Tengo en mi poder un documento en Word del I.E.S. “José Saramago” de Marinaleda. Se trata de un estudio de necesidades y planes de contingencia realizado por el profesorado del centro. ¡Terrible!

                Antes de ir con el documento, un par de apuntes para contextualizar. Publica el periódico digital Público.es el 11 de agosto de este año, un reportaje sobre Marinaleda realizado por Luis Giménez San Miguel. Y se hace eco de un comentario de un tal Sancho: «Sin embargo, según relata Sancho, "la tasa de fracaso escolar es un poco alta, porque la gente ve que tiene casa y trabajo asegurados y muchos no ven la necesidad de esforzarse en los estudios. Es uno de los puntos que tenemos que mejorar"» (Juan José Sancho es un vecino de Marinaleda que, con solo 21 años, forma parte del ‘grupo de acción' del Ayuntamiento).

                Y volviendo al documento del instituto de Secundaria. Me limitaré a transcribir algunos párrafos.

«Cuando se trata de formar personas y de trasmitir conocimientos  todo lo que rodea al individuo es importante, las circunstancias socioeconómicas y culturales de un pueblo pueden influir notablemente en la personalidad y el comportamiento posterior de sus habitantes. Con este estudio intentaremos buscar las causas de algunos  de los comportamientos de nuestros alumnos/as».

«Hay que destacar el bajo índice de estudios de la población, muy por debajo de la media de la provincia. Podemos observar a través de la tabla que adjuntamos que un 80 % de la población no ha completado los estudios de primaria y que un 36% son analfabetos; muy pocos poseen el título de bachiller o de estudios universitarios.

Este bajo nivel de instrucción de la población repercute directamente, como ya veremos, en la motivación de nuestros alumnos/as».

«En muchas de estas familias, los dos cabezas de familia son trabajadores con un horario extenso e incluso temporeros, repercutiendo esta situación en su seguimiento educativo (poca participación en las reuniones a las que se convocan, falta de respuesta ante llamamientos del profesorado, despreocupación en la formalización de las matrículas , omisión de datos , etc )».

«Desde la creación del centro, parte del alumnado, abandona el centro para cursar estudios en otras localidades cercanas. Incluso en el tránsito de la educación primaria a la secundaria, es mayor el porcentaje de los alumnos que se matriculan en otros centros sin ni siquiera pasar por el nuestro.
Estos alumnos alegan razones de falta de nivel académico y problemas de disciplina en nuestro centro.
El número de estos alumnos ha sido bastante significativo en los dos últimos años. Además, estos alumnos suelen ser los que manifiestan un mayor interés por los estudios y son los que pretenden continuar con estudios postobligatorios. Este es otro de los factores que agrava los problemas de disciplina y motivación de nuestro centro».

«Como se acaba de mencionar, la falta de nivel académico es una de las razones por las que parte de la comunidad educativa (alumnado y familias) optan por otros centros de educación secundaria de la zona.
Las causas más significativas de dicha falta de nivel, pueden encontrarse en los problemas que describimos en este apartado 2 del presente plan.
Las características del entorno (eminentemente rural, en el que no existe una gran problemática de falta de empleo, y en el que no es necesaria una formación especializada), hacen que gran parte de la población escolar no se encuentre especialmente motivada a desarrollar unos estudios postobligatorios que le cualifique para desempeñar determinadas profesiones (sobre todo aquellas para las que es necesaria una formación universitaria).
La falta de estudios de la mayoría de padres y madres, aunque no su falta de trabajo, es un “espejo” donde se miran muchos de sus hijos/as, que no encuentran la necesidad de estudiar para encontrar trabajo. Esta falta de estudios y formación dificulta, en muchos casos, la labor de los padres en cuanto a orientar y  ayudar en sus estudios a sus hijos/as.
Si a esto unimos las especiales características psicológicas y madurativas de los/as preadolescentes y adolescentes, y la estructura de la ESO, que los obliga a estar escolarizados hasta los 16 años, parece que no hacen falta más motivos para justificar esta falta de motivación y expectativas hacia los estudios.»

«El fracaso escolar se encuentra determinado por múltiples factores, como la familia, el contexto social, el funcionamiento del sistema educativo, factores individuales, el trabajo de cada profesor/a,... No obstante, se puede decir que todo ello da como resultado un perfil de alumnado que no sólo no alcanza los objetivos de la educación obligatoria, sino que tampoco acude regularmente a clase. Por ello, se mostrarán los datos estadísticos más inmediatos, que son los siguientes:
En el curso 2003/04, el 36.9% del alumnado que cursaba 3º de la E.S.O. abandonó sus estudios antes de terminar el curso.
En mayo del curso 2004/2005, se puede afirmar que el 24.4% de los/as alumnos/as del mismo nivel al que se hace referencia ha dejado de asistir al instituto, y el 35.5% no hace nunca nada en clase.
A partir de estos datos, se llaga a la conclusión de que existe un número mayor del deseado de alumnos/as que se incluyen dentro del término “fracaso escolar”.
Actualmente, el centro cuenta con 149 alumnos/-as matriculados, por lo que la ratio en las aulas está entorno (sic) a los veinte alumnos/-as, ya que aunque sea de dos líneas, el instituto sólo cuenta con un grupo de 4º de la E.S.O.
De los listados mensuales que se envían a los Servicios Sociales del Ayuntamiento de alumnos/as que, no habiendo cumplido aún los 16 años de edad, no asisten a clase, se desprenden unas cifras de alumnado absentista que ronda en torno a un 9%. A este porcentaje hay que añadir los/as alumnos/as que habiendo cumplido esta edad, no han finalizado la etapa, y los/as que suelen estar expulsados del centro casi por sistema (estos últimos son un 2.7% del alumnado).
El centro, hasta el momento, ha tratado de ir concienciando tanto a las familias como a los propios alumnos/as de la necesidad de alcanzar al menos el título de graduado en Secundaria , que les abriría numerosas puertas para su futuro profesional. A pesar de los esfuerzos del profesorado, el absentismo escolar sigue en el mismo punto de partida, manteniéndose como uno de los factores determinantes del fracaso escolar de la población estudiantil de la localidad.
La escasa  motivación y la falta de expectativas hacia el estudio, la falta de nivel académico, las dilatadas historias de fracaso escolar, ..., y las características propias del alumnado de estas edades, hacen que el clima de convivencia escolar esté teñido, en ocasiones, a veces más de las deseables, de episodios de conflictividad.
Al hablar de conflictividad, aquí no estamos haciendo referencia a los conflictos típicos de intereses ni a las divergencias propias de los lugares en que todos los días desempeñan su quehacer diario muchas personas. Tampoco a las típicas rencillas entre compañeros/as.
Nos estamos refiriendo a momentos en que se saltan todos los límites de una convivencia pacífica y se violan los derechos de los demás (el derecho a aprender, a tener una integridad física y moral, el derecho a desempeñar el propio trabajo, el derecho a expresarse,...).
Por fortuna, dichos episodios siempre son protagonizados por las mismas personas. Se trata de alumnos bastante problemáticos, con una historia sociofamiliar bastante compleja, y que forman parte del alumnado que suele estar expulsado del centro continuamente. Pero el problema con estos alumnos/as no acaba con la expulsión del centro, ya que se presentan casi a diario, saltan la valla del centro, insultan a profesores/as y a alumos/as, molestan con sus motos impidiendo que se pueda dar clase, e incluso tiran piedras a las ventanas.
Aún así, no podemos desechar de este apartado a un sector del alumnado que no quiere trabajar, que asiste al centro porque le obliga la ley y que, por tanto, tiene toda la jornada escolar para aburrirse, impedir el normal desarrollo de las clases y repercutir, de este modo, en el clima de convivencia escolar. Se puede decir que este sector del alumnado se caracteriza con el mismo perfil y los mismos comportamientos (insultos, faltas de respeto, negación hacia el trabajo, desperfectos en el material escolar y en las instalaciones del centro,..) que otros sectores de alumnos/as de la mayoría de institutos. Se  podría decir que son la consecuencia del  propio sistema.
No obstante, éstos son los mismos que dificultan la labor del docente y la del discente, repercutiendo negativamente en el desempeño de la labor propia de cada uno y en el desarrollo de un clima de convivencia distendido.»

«El I.E.S. José Saramago, cuenta con graves problemas como ya se ha comentado anteriormente. Consideramos que algunas de las causas que inciden en los problemas descritos son las siguientes:
Un bajo nivel académico y falta de conocimientos básicos, incluso a nivel de primaria.
Falta de aspiraciones profesionales por parte de los alumnos.
Falta de motivación para continuar sus estudios y obtener el título de E.S.O.
Un comportamiento inadecuado, incumpliendo casi a diario las normas de convivencia establecidas y una actitud negativa ante su desarrollo académico e inmadurez generalizada.
Falta de interés manifiesto, quizá en muchos casos debido a su falta de conocimientos básicos.
Un entorno familiar poco comprometido con la actividad educativa.
Un importante número de alumnos considerados absentistas o semiabsentistas..
Un número de alumnos considerable que tienen tendencia a abandonar ciertas asignaturas.
Estas causas se entienden cuando analizamos la peculiaridad de la localidad donde está ubicado el centro, su población y las características del propio centro, que se han expuesto anteriormente.
Estas circunstancias traen consigo que una gran parte de los alumnos no tengan otras aspiraciones de futuro que no sea el trabajo del campo y en muchos casos que al ir acercándose a la edad de  dieciséis años abandonan los estudios sin obtener el título de grado en secundaria, puerta indispensable para un mejor futuro profesional y calidad de vida.»

Saquen sus propias conclusiones. Esto forma parte del paraíso comunista del Sánchez Gordillo, de su oasis, de su «utopía hacia la paz». Lo más escandaloso para mí es la situación que muestra este documento sobre la realidad cultural, intelectual, sobre la formación de los niños y jóvenes de Marinaleda. ¿No le importa todo esto a su apalancado alcalde? ¿No lleva más de 30 años gobernando como rey absoluto? ¿Nada ha podido hacer al respecto? ¿Qué interés tiene Gordillo en que la ignorancia de los vecinos, su incultura y su falta de preparación siga vigente en tan terrible cantidad? ¿No es él quien tantas veces acusa a la derecha, a los terratenientes, a los caciques, a otras izquierdas, a la historia, a España, de haber querido la incultura y el analfabetismo? ¿Y qué hace él en su pueblo? ¿Le interesa que la juventud no tenga otra opción que ser jornaleros para seguir con su paraíso comunista? Insisto, saquen sus propias conclusiones.

Argako urretxindorra


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