¡Ay, amigos! ¡Qué duro es esto!
Me doy cuenta de que cada vez sé menos de más cosas. Me temo que terminaré no
sabiendo nada de todo.
Supongo que lo suyo sería
escribir algo sobre economía y sus derivados. Pero es que me deprime mucho. Si
supiese escribir poesía lírica no comprometida, creo que me dedicaría a eso;
pero Dios no me ha dado la más mínima facilidad y, por lo que voy viendo, no
tiene intención cambiar de planes.
Claro, que yo no me echo toda la
culpa. Es que me ha tocado vivir unos tiempos en los que todo te lo ponen muy
difícil. El problema radica, en mi caso, en que no entiendo casi nada.
Escuchas, lees, participas… y aún peor. Mis flojas entendederas por naturaleza
han pasado a ser casi inexistentes por dedicación. ¡Una lástima!
Por ejemplo: el tinglado ese de
la educación en España. ¡Qué martirio, oiga! Sí parece que hay gente que se lo
sabe todo con una seguridad de cemento armado. Pero estos son, precisamente, los
que a mí me vuelven loco. ¡No entiendo lo que dicen!
Yo siempre he pensado que la
educación es muy compleja per se. Un
lío. También he pensado que hay mucho «artista»
en el mundo de la educación. Y mucho «listillo»
de postín. Sin embargo, no soy de los que denostan el sistema educativo español
por principio. Tiene males y enfermedades graves, pero también, alguna cosa
positiva. Una de las enfermedades graves, la más, es la politización del
sistema. Si se pudiese extirpar la política de la educación, la mayor parte de
los males desaparecerían con ella. Pero eso es imposible, al menos, hoy por
hoy.
La politización hace que los «artistas» y los «listillos» de la educación tengan mucho predicamento y mucha mano,
es decir, que mangonéen en asunto tan serio e importante teniendo aun menos
idea que yo. Pero, eso sí: lo que dicen «va
a misa».
Por ejemplo, todo ese follón de
la educación mixta y/o la educación diferenciada. Yo pensaba que este era un
tema meramente organizativo y pedagógico, una cuestión básicamente técnica.
Error, Beramendi. Al parecer, nada tiene que ver con eso. Es un asunto de
derechos humanos, es una cuestión de estado, es una causa política sobre la que
desatar todos los medios propagandísticos –incluidos los «piquetes “informativos”»
con sus métodos propios, cuando es necesario-… ¡Alucinante!
Por eso, el señor o
señorito Miguel Lorente, Delegado del Gobierno para la Violencia de Género en
2009, no tenía ningún inconveniente en relacionar educación diferenciada con
violencia de género. Si yo fuera un padre con hijos en un cole de estos, creo
que le habría agarrado un poco de la pechera: o sea, que según usted, yo soy un
pedazo de sinvergüenza que fomenta entre mis hijos que sean unos canallas.
Después, ya le plancharía yo el traje.
Este «artistazo» de la educación y otros «listillos» como él manejan, sin embargo, un concepto
precioso con el que se les llena la boca y que lo repiten una y otra vez, hasta
dejarlo puesto en las leyes educativas como algo fundacional, y en el argot
educativo como expresión que, si no la utilizas, te puede caer la del pulpo:
es, señoras y señores, la «atención a la diversidad». Sí, sí,
atención a la diversidad.
Y digo yo: si atender a la diversidad es algo
esencial e ineludible, ¿la educación diferenciada no es, precisamente, una
forma de atender a la diversidad natural y previa que, desde el nacimiento,
existe entre chicas y chicos? 0, a esa diversidad, ¿no hay que «atenderla»?
Como les digo, no entiendo nada.
Y lo peor de esto es que ya se me empieza a notar: se me está poniendo cara de
bobo hecho de encargo.
Arga-ko urretxindorra
No te preocupes, Beramendi. Creo que era el Señor Sócrates el que decía "daría todo lo que sé a cambio de la mitad de lo que ignoro"
ResponderEliminar¡Bien Beramendi!. Has dado en el clavo con lo de atención a la diversidad, nunca lo había pensado, genio... Tu escribe que ya nos encargamos de que esto llegue a más gente.
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