lunes, 10 de noviembre de 2014

Podemos / Pablo Iglesias: un par de estrategias bien conseguidas

¡Qué jodío, el tío! ¡Anda que no es zorro!

Hablo de Pablo Iglesias, el profesor Coleta. En este país viejo nuestro, a veces nos fallan las articulaciones por la artrosis y "la reuma", y hay cosas que nos pillan con el pie cambiado. Eso lo sabe bien el simpático profesor y es un lince para eso de aprovechar las ocasiones que se le presentan.

Una de sus características es habitual entre nosotros, la usamos mucho, especialmente los políticos. En síntesis, consiste en decir los qués y callarse los cómos. Por ejemplo: todos los españoles tendrán, al menos, un ingreso mínimo siempre.

Pongamos el caso de que un político -porque Pablo Iglesias ya es un político- estructura un discurso con cincuenta o sesenta frases como la anterior. Y que nos hisopea con ellas abundantemente, como hace. Pues sucede lo que la máxima comunicativa nos dice: da igual lo que digas con tal de que lo repitas una y otra vez, porque acabará tomando visos de verdad y calará en muchos. Si, además, lo dices con palabras que se entiendan pero sin dejar de lado los matices cultistas, con una voz agradable y sin chillar, éxito seguro.

Pablo es un tipo eficaz, sin duda. Es capaz de sonar natural siempre, a pesar de que todo en él es marketing profundamente estudiado y preparado. Lo digo como alabanza, no como crítica. Sus deslices en este terreno son mínimos; puede estar hablando mucho tiempo de los objetivos, de los qués sin que entre o deje entrar a los demás en el peligroso terreno de los cómos. Y nadie debiera ser tan ingenuo como para pensar que los esconde porque no los conoce. No. Sí sabe cómo hacer las cosas, al menos, muchas de las que habla; pero sería profundamente inconveniente airearlos para él y su formación. Algunos se asustarían probablemente.

Otra de sus características es brillantemente novedosa, inusual. También en síntesis, consiste en diferenciar al político de su formación. Por ejemplo: imagínense un político comunista convencido, que no esconde su pensamiento y que se encuadra en una formación política indefinida. Hagan el esfuerzo por imaginarlo porque no estamos acostumbrados (las inercias). Todos tenemos un esquema mental muy arraigado: político conservador / partido conservador; político socialista / partido socialista; sindicalista comunista / sindicato comunista; político nacionalista / partido nacionalista.

A estas alturas, quien esté leyendo esto tendrá la convicción de que estoy desbarrando. Obviamente, dirá, Podemos es comunista. ¿Seguro? ¿O eso es solo producto del esquema arraigado en nuestro pensamiento? ¿Alguien sabe cuándo se ha definido Podemos como comunista? Es más, ¿alguien sabe cuándo Podemos se ha puesto alguna etiqueta política al uso? Ni siquiera la marca Podemos sirve para identificarla en este sentido. Al contrario, es una marca que se va cargando de contenido sobre la marcha absorbiendo, como una especie de agujero negro, todo aquello poco definido o todo aquel defraudado.

Verán: Pablo Iglesias se ha definido como favorable a la consulta del 9N. ¿Y Podemos? No, Podemos no. Pablo Iglesias se ha manifestado claramente en lo referente al terrorismo de ETA. ¿Y Podemos? No, Podemos no. Pablo Iglesias es un defensor a ultranza del chavismo. ¿Y Podemos?

Las inercias del pensamiento son muy aprovechables. Y esto lo saben en Podemos muy bien y lo usan estratégicamente con maestría. Las ventajas en la situación actual del país y en la específica de esta formación política son importantes. De una parte, esa indefinición amplía la base social de Podemos enormemente, es lo que la capacita para llevarse a su feudo grandes pedazos de partidos de izquierda, tanto extrema como moderada. Asimismo, abre sus acogedoras puertas a los desencantados, a los que están de vuelta, a los cabreados, sin que estos, necesariamente, tengan que violentarse en exceso por unas siglas demasiado obvias o por una definición política excesivamente marcada. Por otra parte, y después del golpe de mano de las elecciones europeas, y del mazazo de la encuesta del CIS, Podemos, que se está construyendo por dentro, goza de una libertad de acción que no tiene hoy ningún otro partido político.

Por último, es evidente la beneficiosa situación que supone, en esto momentos, la diferenciación entre personas y formación para la estructuración de Podemos: la estrategia inicial de los círculos, sistema asambleario imposible a medio plazo, se ha cambiado con rapidez y sin grandes traumas hacia una estructura más tradicional, pero mucho más eficiente, sin que por ello haya habido peligrosas acusaciones de incongruencia. Tanto las personas como la formación gozan de enorme libertad de acción sin que, desde fuera, resulte extraño.

Para escépticos como yo, me atrevo a recomendar el seguimiento de este par de cosillas; más de uno puede que encuentre en ellas razones para la diversión.

Argako urrtxindorra

1 comentario:

  1. A mí lo que más me pone de ese tipo son sus andares...:(

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