lunes, 16 de septiembre de 2013

Jaimie Cullum: un artista que merece la pena

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Es capaz de lo mejor… y casi siempre es lo mejor. Jaimie Cullum no es muy conocido en nuestro país, pero debería serlo. No es un cantante excepcional por lo que a su voz se refiere. Sin embargo, es capaz de sacar todo el partido de su voz nasal y regular. Porque es un auténtico intérprete, que conoce sus límites, mucho más importante que cualquier otra cosa, y como es un trabajador inagotable y un perfeccionista, sabe usar su instrumento vocal maravillosamente.

Cullum es un gran músico. No puede evitar –no quiere evitar- su raíz, profunda y bien asentada, en el jazz. En este sentido, recorre una gran variedad de estilos jazzísticos, todos comprensibles para los profanos. Pero nunca se queda ahí. Porque integra, en el mejor sentido de la expresión, todas las formas elegantes de la música moderna. Fue un gran percusionista –lo sigue siendo- en el mundo del “hip-hop”, por poner un ejemplo que puede dar una idea de sus registros. Y un buen guitarrista.

Es un gran pianista, magnífico. Y lo demuestra en cada una de sus interpretaciones. Tiene un registro enorme, desde lo más suave y enternecedor a lo más expresivo de las grandes orquestas americanas o de los más conspicuos pianistas de jazz. Tiene una mano izquierda prodigiosa, que es lo más complejo. Y la derecha, no digamos. Es, verdaderamente, sorprendente.

Os dejo con un concierto muy divertido para casi todo el mundo. Porque Jaimie Cullum es un gran artista, es decir, tiene carisma de artista, es divertido, sorprendente, capaz de llenar el escenario con su personalidad y de llenar dos horas de música y que se te pasen como cinco minutos. Se lleva al público en el bolsillo. La producción es muy buena, porque tiene dinero y porque sabe de esto. Se rodea de músicos excepcionalmente buenos y cada tema es diferente. Si uno no te gusta mucho te quedas esperando al siguiente, porque puede que sea una maravilla. Y suele serlo. En cualquier caso, siempre está lleno de detalles musicales; un cambio de ritmo, una pequeño acorde que lo cambia todo, un cambio de tonalidad inesperado… Es capaz de hacer crecer la orquesta hasta lo infinito o de minimizarla hasta lo más íntimo. Y siempre, lleno de buen humor. Merece la pena. Como botón de muestra, id al minuto 57’ 53’’. Después, querréis verlo desde el principio… creo.




Por cierto, Jaimie Cullum tiene cara de niño pero es un señor de 34 años, casado y con dos niñas. Le pasa un poco como a Coque Malla y al pobre Michael J. Fox, a los que, por cierto se parece.
Disfrutadlo.

Arga-ko urrextxindorra

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