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como guste. Ni "copirrais" ni chorradas de esas.Estatus irónico: NADA - UN POCO - BASTANTE - MOGOLLÓN
Es capaz de lo mejor… y casi siempre es lo mejor. Jaimie
Cullum no es muy conocido en nuestro país, pero debería serlo. No es un cantante
excepcional por lo que a su voz se refiere. Sin embargo, es capaz de sacar todo
el partido de su voz nasal y regular. Porque es un auténtico intérprete, que
conoce sus límites, mucho más importante que cualquier otra cosa, y como es un
trabajador inagotable y un perfeccionista, sabe usar su instrumento vocal
maravillosamente.
Cullum es un gran músico. No puede evitar –no quiere evitar-
su raíz, profunda y bien asentada, en el jazz. En este sentido, recorre una
gran variedad de estilos jazzísticos, todos comprensibles para los profanos. Pero nunca se queda ahí. Porque integra,
en el mejor sentido de la expresión, todas las formas elegantes de la música
moderna. Fue un gran percusionista –lo sigue siendo- en el mundo del “hip-hop”, por poner un ejemplo que
puede dar una idea de sus registros. Y un buen guitarrista.
Es un gran pianista, magnífico. Y lo demuestra en cada una
de sus interpretaciones. Tiene un registro enorme, desde lo más suave y
enternecedor a lo más expresivo de las grandes orquestas americanas o de los
más conspicuos pianistas de jazz. Tiene una mano izquierda prodigiosa, que es
lo más complejo. Y la derecha, no digamos. Es, verdaderamente, sorprendente.
Os dejo con un concierto muy divertido para casi todo el
mundo. Porque Jaimie Cullum es un gran artista, es decir, tiene carisma de
artista, es divertido, sorprendente, capaz de llenar el escenario con su
personalidad y de llenar dos horas de música y que se te pasen como cinco
minutos. Se lleva al público en el bolsillo. La producción es muy buena, porque
tiene dinero y porque sabe de esto. Se rodea de músicos excepcionalmente buenos
y cada tema es diferente. Si uno no te gusta mucho te quedas esperando al
siguiente, porque puede que sea una maravilla. Y suele serlo. En cualquier
caso, siempre está lleno de detalles musicales; un cambio de ritmo, una pequeño
acorde que lo cambia todo, un cambio de tonalidad inesperado… Es capaz de hacer
crecer la orquesta hasta lo infinito o de minimizarla hasta lo más íntimo. Y
siempre, lleno de buen humor. Merece la pena. Como botón de muestra, id al
minuto 57’ 53’’. Después, querréis verlo desde el principio… creo.
Por cierto, Jaimie Cullum tiene cara de niño pero es un
señor de 34 años, casado y con dos niñas. Le pasa un poco como a Coque Malla y
al pobre Michael J. Fox, a los que, por cierto se parece.
Disfrutadlo.
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