miércoles, 29 de octubre de 2014

Unos asesinatos de ETA, sin más. (III)

Escena 9, 30 de mayo de 1985, 21: 38 horas

Alfredo, de trece años, estudiante de 7º de EGB, vive con sus padres y con su hermano mayor, Luis, de diecisiete, en el número 13 de la calle de la Bajada de San Francisco Javier, la Bajada de Javier. Le quedan poco más de dos semanas para terminar el curso.

Su madre, Mari Carmen, después de pasar la tarde con su marido en el Club Natación se ha acercado a casa de su vecina Blanquita, que vive un poco más arriba, en el portal 16. Había quedado con ella en ponerle unas flores en un jarrón; ella se da "mucha maña" con esas cosas y es una buena amiga.

Blanquita se ha asomado al balcón y Alfredo, que está en la calle junto al portal le grita:

- Blanquita, una mujer preñada ha dejado una bolsa en tu portal.

- ¡Pues ya podía haber dejado la basura en su propia puerta! -respondió la mujer y se metió en casa.

Por entonces, la basura se dejaba en bolsas cerradas en el portal para ser recogida. Blanquita se sentó en una silla de la salita junto a Mari Carmen y a Luis, los padres de Alfredo.

Escena 10, 21:20 horas

Mercedes Galdós se ha acercado al portal número 16 de la Bajada de Javier. Una vez en él, se desembaraza de la bolsa que lleva bajo el vestido y la deja dentro. Inmediatamente vuelve sobre sus pasos hacia la Plaza del Castillo donde la espera, en el coche, José Ramón Artola Santiesteban. Se detiene poco antes de llegar a la calle Estafeta, transversal a la Bajada de Javier. Desde allí puede ver tanto el portal como a su camarada.

Escena 11, 21:22 horas

En la sala del 091 se recibe una llamada.

- Policía Nacional, dígame.

- ¿Oiga? Mire, aquí, en la Bajada de Javier, hay drogata pegándole a su madre- dice una voz de hombre.

- ¿En la Bajada de Javier? ¿A qué altura?

Por desgracia, no es algo raro en aquellos años de caballo.

- Es a la altura del 16. La está metiendo en el portal a golpes. ¡Dense prisa porque la está machacando!

- De acuerdo; ya vamos para allá.


Escena 12, 21:34 horas

Godo, Alfredo, vuelve de cerrar su bicicleta en la bajera. Se dirige al portal de Blanquita para hacérselo saber a su madre, Manuela, e ir a cenar con ella y su padre a casa, en el portal 13. Su hermano Luis y él siempre dan dos timbrazos largos; es como una contraseña para que sepan arriba que son uno de ellos.

Escena 13, 21:23 horas

- H-0 para Z-10 y Z-20, cambio.
- Aquí Z-10 para H-0, cambio -contesta Francisco, desde su vehículo.
- Adelante para Z-20, cambio -responde a su vez Manuel.
- Diríjanse a la Bajada de Javier, número 16. Parece que un drogadicto está agrediendo a su madre. Denme "recibido", cambio.
- Z-20 recibido, corto.
- Z-10 recibido; pasamos a cumplimentar, corto.

Francisco se dirige ahora al otro coche del tándem:

- Manolo, vamos para allá a toda pastilla que estos, con el síndrome, tiran de cuchillo enseguida.

Los dos Talbot Horizón de la policía aceleran bruscamente mientras encienden las sirenas y los ópticos azules. Se dirigen, sorteando el denso tráfico de esas horas, hacia la calle Estafeta para acceder después, por la derecha, a la Bajada de Javier.

Escena 14, 21:29 horas

Mercedes mira un escaparate, ya con la iluminación encendida. A lo lejos oye las sirenas de la policía. Su corazón comienza a latir ligeramente más deprisa. No puede evitar apretar más fuerte la culata de su pistola que lleva en el bolso colgado de su hombro derecho.

Mis amigos y yo seguimos la conversación en la calle, al otro lado del río Arga, mientras los paseantes aprovechan el último ratico antes de irse definitivamente a cenar.

Manuela, la mujer de Francisco, en la salita, está viendo sin mucha atención la sección del tiempo del Telediario. Tiene la revista a un lado. Las niñas ya hace un rato que se han dormido y se levanta para preparar la cena para ella y su marido.




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